Por su interés transcribimos en nuestra plataforma la entrevista publicada el 2 de junio de 2025 en Valencia Plaza, firmada por el periodista Matías Pérez, en la que se repasa la trayectoria de nuestra agencia al cumplir una década de actividad, con la voz de nuestro CEO y socio fundador, Luis Motes.

Matías Pérez

València. 2/06/2025. Doyou Media es una agencia “box to box”, un equipo “todocampista”,  liderado por Luis Motes -CEO y socio fundador- que atiende las necesidades de sus más de 50 clientes de todos los sectores con un espíritu holístico, según reza en el apartado de “valores” de su web. Motes fundó su agencia de comunicación en 2014 y tras desbordar el Rubicón de la década, responde a nuestras preguntas.

Entonces, ¿por qué ahora apuestan por los eventos?

¿Sabe? Nos siguen buscando por lo mismo que hace 10 años, pero han cambiado los tiempos de respuesta, el escenario más complejo, el uso de la tecnología y claro, el contexto de desconfianza creciente.  Y no hemos alterado nada en esencia, pero nos desarrollamos en campos que originalmente no figuraban en nuestro portfolio. En Doyou nos mantenemos fieles a la visión que nos planteamos hace 10 años, que cumplimos operando en octubre del año pasado pero la Dana no nos permitió celebrarlo. Nuestra propuesta siempre ha consistido en ofrecer una herramienta global que ayude a las empresas, las marcas y las instituciones a liderar la conversación ante sus públicos, implantándonos en su organización, física o virtualmente, confeccionando su narrativa y estableciendo una escucha activa permanente. Nos dimos cuenta de que además de la consultoría de comunicación, la producción audiovisual y el branding se nos demandaba apoyo en el marketing relacional. En 2024 organizamos, de forma orgánica, digamos que natural, 14 eventos de distinta índole y en este año y siguientes estamos potenciando el conocimiento adquirido. Las audiencias actuales y nuestros clientes buscan experiencias memorables y trabajamos por implicarles emocionalmente. El evento es una herramienta más de comunicación y contra lo previsible, la presencialidad sigue siendo un valor. Era el eslabón menos cultivado de nuestra propuesta de valor y lo estamos fomentando.

¿Y qué van a cambiar?

Queremos mejorar en la trazabilidad del evento, que supone una cadena de valor real. Desde su diseño, a la planificación y ejecución, y a la difusión del hecho y su influencia en las audiencias. No se trata de virar 180 grados pero sí de una intensificación en el aprovechamiento de tecnologías emergentes y la personalización, hasta el infinito diría yo. Todo ello sin abandonar la comunicación basada en valores, pero ¿cuales? Hay quien todavía no sabe que los tiene, ni cuales son. También queremos profundizar en nuestra alianza con los medios y los operadores digitales, gestión de influencers incluida.

¿Qué les preocupa a sus clientes?

Cada vez vemos más clientes preocupados por el impacto de su comunicación. No tanto por lo que dicen, sino por si realmente se les cree. Por eso estamos explorando la necesidad de herramientas que no midan solo el alcance, sino la confianza. Una de ellas es el Índice de Confianza Narrativa (ICN), que combinaría percepción externa, coherencia interna y experiencia de marca. Porque lo que no se mide, no se puede mejorar. Ser transparente ya no es una elección, es parte de ser relevante. Hay una necesidad creciente de estructuras de comunicación que faciliten esa rendición de cuentas. A eso lo llamamos ‘transparencia asistida’: usar datos, visuales y documentación real como parte activa del relato. Mostrar hechos con claridad es más persuasivo que cualquier claim brillante.

¿Y lo de la consultoría política?

Somos una agencia que actúa con datos, los analiza y ejecuta planes adecuados, tenemos gran experiencia audiovisual y ya usamos IA para algunos procedimientos, es decir, innovamos desde el primer día. Pero nuestro origen, individualmente en el caso de los fundadores, son las redacciones, es el conocimiento de la actualidad, de la realidad social y de la política. Nuestra experiencia sobre la agenda social y las conexiones en red nos facultan para ofrecer soluciones estratégicas eficaces con gran facilidad porque estamos muy familiarizados. Hoy más que nunca, con la irrupción de la inteligencia artificial generativa y la creación automatizada de contenido indistinguible de lo real, sentimos la responsabilidad de ayudar a nuestros clientes a anclar su comunicación en la realidad. Nos preocupa que desaparezcan los referentes, que las marcas se desdibujen en el “todo vale”. Queremos ser el bastón que las mantenga en tierra firme: una narrativa con alma, pero también con pruebas.

¿Y por qué ahora?

Por qué nos buscan para ello. Hemos asesorado y estamos acompañando ya a partidos políticos y organizaciones sociales y también estamos desarrollando una gran actividad en el asesoramiento a corporaciones municipales. En un momento cambiante y ante la inestabilidad política e institucional, son necesarios mensajes claros, estrategias fiables y conocimiento de las claves, y ahí estamos cómodos, también en el tren de acontecimientos electorales que se nos avecina.

¿La consultoría estratégica es algo demasiado amplio como concepto?

Sin duda. Pero como nos gusta decir, somos como “curas”, si me permite el término, o como psiquiatras sociales. Pepe Sastre dirige el equipo Doyou coordinando una serie de terapias comunicacionales que aplican los miembros del equipo -formado por 15 personas y 20 colaboradores-. Que las marcas y las empresas lideren la conversación ante sus públicos, trascender en el fomento de su propósito completa el objetivo principal de nuestra estrategia que es conseguir que influyan en sus ámbitos de decisión y de mercado, económico o social. Influir no es fácil porque, además, hay muchas reservas por parte de medios y periodistas sobre lo que lanzan las marcas y las agencias. Según el informe The Eye of Journalists PR 2025,  la mayoría de los medios se sienten invadidos por impactos irrelevantes y notas sin sentido, no es lo que los medios necesitan. Requieren rapidez, eficacia, transparencia, buenos textos y mejores imágenes. No marearlos, dar veracidad a las fuentes, mejor el one-to-one que una nota orbi et orbe. 

¿Y no estamos empachados de tanta RSC?

Definitivamente sí. El concepto se ha comido a los valores y entre el greenwashing y el bulo corporativo es un léxico, la RSC, del que hay que huir. Lo reciclable ya no es un valor porque todo debería serlo ya. El compromiso se demuestra con hechos, inversión y generosidad, y menos postureo. La RAE debería eliminar las palabras “sostenibilidad” o “relato”, por exceso de uso. En Doyou animamos, cuando arrancamos un proyecto, a que los hechos constituyan el eje principal de la narrativa. Lo demás es pirotecnia, rascas y no hay nada.

¿Cómo trabajan cuando conocen a un cliente?

Pues lo primero que hacemos es un Excel, tras un primer interrogatorio. Y luego nos convertimos o bien en su sofá, o bien en su botiquín, o bien en su bastón… O su espejo, o su altavoz. La mejor campaña de marketing es aquella que les hace sentir bien una vez superados los temores a trascender. Decía Ogilvy que la publicidad más persuasiva es la más informativa. Nos aplicamos en ello.

¿Cómo se organizan?

Somo una agencia boutique, con equipos en Valencia, Alicante y Murcia, o bien externalizamos los servicios o bien nos implantamos en la organización del cliente, en función del acuerdo con ellos y de sus necesidades. Hemos desarrollado equipos locales fantásticos en lo personal y estupendos en lo profesional para ello. Tanto en el área audiovisual, como de creatividad, como de contenidos, como digital… convive la experiencia senior con la disrupción de la gente joven. Estamos obligados a entendernos.

Y ¿Cómo ven el ecosistema valenciano de la comunicación?

Estamos rodeados de una competencia notable, creo que nos diferencia una visión que es poco frecuente porque creemos en la vertebración de un territorio como el autonómico que hay que cubrir con sus habituales particularidades, y creemos firmemente en el eje Valencia-Alicante, aunque todavía suene raro. Parecería que no es lo mismo trabajar, como es el caso, para un equipo de fútbol, que para una empresa cárnica, que para una patronal, que para un municipio en plena reconstrucción por la Dana… Pero todos los proyectos guardan similitudes, mismo sistema, distintos caminos e historias, semejantes objetivos.

¿También han desarrollado un área de asuntos públicos?

Nuestra relación con las patronales -de la vivienda o de la obra pública- y con las instituciones, económicas y educativas, por ejemplo, nos obliga a mantener una actualización constante en el ámbito de la legislación en cada área respectiva… Influir en esos ámbitos es lo realmente complejo, pero nos motiva mucho. Ayudar a las empresas y a las organizaciones en entornos cada vez más conectados, contribuir a que las administraciones se sensibilicen frente a la reivindicación y adecuar las normativas a las necesidades de la gente es vital.

¿Y las crisis?

Si te refieres a nuestros clientes, algunos de ellos las sufren e intentamos cauterizar y levantarnos con ellos, con otros trabajamos “bajo radar”, si hay conflictos o pleitos con la justicia… Y en otro orden de crisis, el Covid y la Dana han sido dos episodios que nos han hecho más fuertes y mejores, a pesar de las horribles circunstancias que nos acompañaron, y hablo con experiencia.

¿De quien aprendió?

Mi formación universitaria es periodística, pero siempre me atrajo la empresa. Soy un autodidacta en el ámbito de la comunicación estratégica que ha aprendido, por influencia directa, del ámbito de la asociación nacional Dircom. Me actualizo con todo lo que cae en mis manos desde el punto de vista del conocimiento y la verdad es que soy muy disciplinado en los ámbitos de interés, parto de la formación en los medios y de 25 años de trayectoria en el mundo audiovisual. La cuestión es que siempre me interesó el mercado y la capacidad de influir que tienen las marcas. En Bellaterra, en la facultad, bebí en el Libro rojo de la publicidad, de Bassat, que es el más leído de España en su especialidad, por cierto, así que no es nada original, pero esa fue mi primera exploración de este lío en el que me he metido.

¿Es consciente de que vive una segunda oportunidad? Sin duda. Soy un firme creyente de las segundas oportunidades. En un momento, hace ya casi 11 años, hubo que emprender, como alternativa de supervivencia vital. Emprender es un riesgo, exige dinero y voluntad, el camino está lleno de baches, hay momentos en los que piensas si lo mejor es rendirse, pero con fe y pasión, y trabajo desde luego, las cosas salen. Mi primer cliente -que lo cazamos mientras tomaba un café con él sin la intención de reclutarlo- me regaló la primera factura enmarcada, y la tengo en mi despacho de Valencia. Me recuerda de donde vengo.