La reputación es lo que dicen de nosotros cuando no estamos delante. Esa es la definición más socorrida -y más clarificadora- de lo que es la reputación. El término -un claro intangible cuando deja de serlo, y está en vías de que eso suceda- reunió en el edificio del Reloj de Valenciaport a lo más granado del empresariado valenciano alrededor de una idea: la reputación de las empresas es la reputación de sus territorios. El gurú de la reputación y Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad Complutense de Madrid , Justo Villafañe, fue el encargado de definir las claves de la reputación empresarial, flanqueado por Carlos Pascual de Miguel -presidente de la Cátedra de Cultura Empresarial de la Universitat de València– y Adolfo Utor, presidente de Baleària. Ambas instituciones -la universitaria y la naviera- habían convocado a la patronal valenciana que asistió a este acto el pasado 30 de enero con la presencia del President de la Generalitat Ximo Puig.
Doyou y la reputación
En Doyou Media, agencia que gestiona la comunicación de la Càtedra de Cultura Empresarial -inspiradora del evento- creemos en la importancia de una buena gestión de la reputación, en un mundo globalizado, hiperconectado, donde la inmediatez es la enemiga del rigor y donde debe establecerse una clara conexión entre lo que hacen las empresas -y hacerlo bien- y lo que cuentan que hacen.
Definamos “reputación”
La reputación es hoy a la empresa lo que la calidad era hace unos años, el paradigma de la gestión. Por eso, una buena empresa debe ser una empresa reputada, no sólo entre el público, sino también para sus trabajadores y proveedores. Ante sus stakeholders en definitiva. En la sociedad de hoy, más que nunca, la empresa debe tener unos sólidos y honestos fundamentos que se transmitan en todas y cada una de sus acciones.
Pero, ¿qué es exactamente la reputación corporativa? Podemos definirla como un binomio cuyo primer elemento es la realidad y el comportamiento empresarial, y el segundo, el reconocimiento que los grupos de interés hacen de ese comportamiento en función del grado de satisfacción de sus expectativas. Puede sonar un poco complejo pero al final no es más que como nos ven los otros, los de fuera, los que tienen que confiar en nosotros para comprar nuestros productos o servicios, ser nuestros proveedores o trabajar en nuestro equipo.
El mayor de los intangibles
Contrariamente a lo que sucedía hace unos años, en los que era muy difícil incorporar el valor de este intangible en la cuenta de resultados, la reputación ya puede medirse. Rankings internacionales como el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa son cada vez más potentes y tenidos en cuenta para multitud de cuestiones. Figurar en él es básico y para ello las empresas deben trabajar su reputación corporativa.
Reputar para fidelizar
Una empresa con una reputación reconocida fideliza a los clientes; atrae y retiene el mejor talento; no evita las crisis pero sí minora la pérdida de valor en caso de producirse; constituye un factor de liderazgo independientemente del tamaño o el valor de sus activos; mejora el rendimiento en los mercados financieros, etc.
En torno a estas premisas se reunieron en este acto las empresas valencianas más importantes para conocer las claves que les permitan reforzar la imagen de un territorio, el de la Comunitat Valenciana, mediante el refuerzo de la reputación de sus empresas.
Una iniciativa llevada a cabo por la Càtedra de Cultura Empresarial, Presidida por Carlos Pascual y con Adolfo Utor -Presidente de Baleària- como director académico que suscitó un claro interés entre el empresariado valenciano, que contó con la presencia de Mercadona, Grupo Segura, Grupo Bertolín, Zubi Labs, RNB, Aguas de Valencia, Grupo Gheisa, o PAVASAL, entre otros, así como de las principales asociaciones del panorama empresarial, representadas por AVE, CEV, EDEM, ETNOR y la Fundación Conexus.